domingo, 24 de agosto de 2008

RELACIONES DESTRUCTIVAS

Muchas veces creemos estar entablando una relación perfecta, no nos damos cuenta de las circunstancias que realmente nos molestan.
Aceptamos cualquier situación a pesar de no estar de acuerdo, con tal de no perder a nuestro “amor”.
Quizá lo que orille a mantener una relación destructiva es el miedo a la soledad.
Las personas atrapadas en este tipo de relación se engañan a sí mismas, con tal de continuar con su pareja a pesar de ir contra su salud emocional.
Se convencen de que los momentos que pasan juntos son lo mejor, de lo mucho que perderían si se quedaran solos y que su vida perdería sentido si se quedaran sin su amor.
Familiares y amigos, cansados de verlos sufrir, intentan hacerlos recapacitar sin lograrlo, ya que quien está inmerso en una relación destructiva generalmente argumenta que siente un gran amor por quien realmente le daña.

Sylvia Méndez, terapeuta individual y de pareja del Instituto de Estudios de la Pareja, señala que el inicio de una relación es la amistad, pero que el tiempo y el descubrimiento de la otra persona en ocasiones llega a convertirse en enemistad, a tal grado que puede llegar a destruirlo inconscientemente.
Ejemplificó a una relación destructiva como quien se sube a un ring a pelear, sin darse cuenta que es una lucha en donde se destruye algo que comenzó con afecto. Méndez explicó que tendemos a desarrollarnos como personas por medio de la pareja, pero las diferencias que se presentan en ella se deben en sí a la dificultad propia de las relaciones.

Cómo comienza una relación destructiva:
Las parejas se casan con la ilusión de ser felices; en algunos casos para salir de su casa o porque piensan estar con la persona adecuada que llena el vacío que hay en ellas. “Cuando vemos que nos relacionamos con alguien normal que también tiene deficiencias, huecos y defectos, nos frustramos. Con esto se genera rencor, enojo, miedo, tristeza y es en este punto cuando estos sentimientos se vuelcan en agresión hacia el otro. Es así como se desarrolla la relación destructiva”, explica Méndez.

La agresión, dice la terapeuta, es de manera física o verbal, pero también lo es el ignorar al otro.
Sylvia Méndez indicó que en una relación destructiva no hay víctimas ni agresores, siempre hay un 50% de responsabilidad en cada parte; algo hace uno para que el otro responda con agresión.
Lucha de poder Los primeros síntomas para reconocer una relación destructiva son las peleas por cualquier motivo. Numerosas veces se presenta la lucha de poder entre la pareja, donde cada uno quiere tener la razón, se empeñan en convencer al otro y nadie cede. Se suben al ring y al final nadie gana. Esta riña es desgastante.

Dos facetas:
En el hombre hay dos aspectos de personalidad: mago, el que te quiere, protege, apapacha, consiente, y el ogro, el que te regaña, insulta, agrede, exige y miente.
En la mujer también hay dos facetas: hada, te complace, es bondadosa, amorosa, y la bruja, la que grita, regaña, exige, compara y llora.
Cuando nos enamoramos, lo hace el mago del hada; los dos muestran una pareja romántica y bonita, pero al pasar el tiempo aparece el ogro con la bruja. Éste es el momento en que la agresión comienza.

El proceso para salvar una relación es que la pareja se dé cuenta de las cosas negativas para transformarlas en las partes blancas.
Hay que aprender a hacerlo caso ejemplo: Eulalio llegó a Relaciones Destructivas, AC después de un matrimonio de 5 años donde al final sólo vivió infidelidades. “Me relacioné a mi trabajo y ahora entiendo que mi vida no era satisfactoria, que en ocasiones trataba de llenarla con dinero”. Asimismo, Eulalio cuenta que su mujer no lo llenaba, “sentía que si me hubiera casado con otra persona sería feliz”. La terapia consistió en que platicara su problema, lo que hacía para comportarse así y fue cuando descubrió actitudes que perjudicaban su vida en pareja. “Le faltaba al respeto, no llegaba a dormir, trabajaba mucho, pero también ella tenía comportamientos que me molestaban, por ejemplo no darme mi lugar con la familia. La falta de comunicación hizo que irremediablemente terminara la relación.” Actualmente, Eulalio y su esposa luego de estudiarlo están casados y su manera de pensar ha cambiado. “Ahora respeto, me respetan y vivo muy feliz”.
Las historias rosas no existen, dice Eulalio, uno mismo hace su propia película de amor. ¿Dependo del otro para vivir? Guadalupe González, presidente y cofundadora de Relaciones Destructivas, AC, define a este tipo de relaciones como aquella que no permite el desarrollo personal, profesional o emocional, cuando se abandonan actividades y prioridades en beneficio del otro.
Además tiene que ver con el dolor. “Cuando tu bienestar emocional depende de alguien y se carece de un contacto consigo mismo se empieza a establecer el sufrimiento”.

Síntomas de alerta ·
Creer que lo que soy o hago no es suficiente para lograr lo que quiero tener
Invertir demasiado tiempo, dinero, esfuerzo y energía en hacer que otra persona me quiera o que esté conmigo
Pensar que no soy lo suficientemente atractiva(o), agradable, inteligente y capaz para mantener una relación
Sentir inseguridad o tratar de sobresalir en lo que hago
Sentir baja autoestima “Si no tengo un sentimiento de amor hacia mí, si no amo lo que hago, no puedo dar a otro lo que yo no tengo.
El problema de la autoestima es que se establece una mala comunicación interna y crece el desprecio y el rencor a la pareja, indicó la presidenta de la asociación Relaciones Destructivas.

Consejos para empezar ·
Hacer conciencia de lo que hago para provocar la agresión en mi pareja
Buscar ayuda profesional
Hablar acerca del problema, eso le ayudará mucho de verdad diga todo lo que su mente piensa; sin miedo, se trata de no sentirse rechazado, evítelo... escuche primero.
Muy pocas son las parejas que aceptan ir a terapia, ya que parece ser más fácil divorciarse.

Es importante destacar que nadie nace con el conocimiento adecuado para llevar una relación constructiva, eso se aprende con el tiempo y la experiencia. Pero, ¿estoy en lo correcto? Las terapias que aplica el Instituto de Estudios de la Pareja se basan en hacerle ver al paciente qué hace para generar en el otro la agresión. La pregunta clave es ¿para qué te sirve ser agresivo, infiel o insultar a la pareja?, ¿para qué te sirve recibir insultos? y ¿para qué te sirve ser el bote de basura de tu pareja?
Es importante responder estas cuestiones y analizar realmente qué provoca en el otro una actitud a la defensiva.

¿Qué tanto das? Ofrecer toda tu vida a una persona es una carga muy grande. Se recomienda darse a uno mismo y compartirlo; no vaciarlo en otro. Es importante mencionar que las relaciones destructivas no son exclusivas de la pareja. Se presentan en cualquier tipo de unión que se establezca, como en la familia, el trabajo, entre hermanos, padres y amigos. Nunca es tarde para pedir ayuda y volver a empezar.
Mireya se sentía triste, con resentimiento, amargura, celos e impotencia por lo que estaba viviendo. “Pensaba que la forma en que trabajaba mi esposo era lo que me producía estos sentimientos”. Una vez, comenta Mireya, tuvo una discusión donde llegó a los golpes, fue necesario que yo tocara fondo para pedir ayuda. “No me gustaba lo que vivía pero esta relación se dio por mucho tiempo, desde que éramos novios, pero siempre justificaba la agresión”. A partir de que llegó a Relaciones Destructivas, Mireya empezó a cambiar. Se dio cuenta que hay mujeres que pasan por el mismo problema, pero sobre todo que también ella agredía a su marido. “Cuando comprendí que yo era del problema, cambié mi actitud y por consiguiente mi relación mejoró. Ahora tenemos problemas pero la comunicación ha salvado mi relación, tanto que vamos a volver a ser padres. Es como volver a empezar”.

Instituto de Estudios de la Pareja. Números telefónicos 5680 2179 y 5573 4017.
Relaciones Destructivas, AC. Número telefónico 5342 3275.


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